Cuando uno habla de aborígenes o de indios, siempre piensa en que es algo del pasado, que pertenecen a los libros de historia de la escuela, donde nos informamos de sus costumbres ancestrales, como vivían, que religión practicaban, que cazaban o como se vestían. Pero no nos damos cuenta que todavía entre nosotros siguen viviendo algunos descendientes de estas culturas milenarias, sin que sepamos verdaderamente quienes son.
En nuestro país existieron y existen comunidades aborígenes que día a día intentan sobrevivir en la Argentina, donde muchas veces sus derechos no son tomados en cuenta por las autoridades tanto nacionales como provinciales.
Muchas de estas comunidades indígenas han desaparecido con el tiempo, otras continúan luchando para que ello no ocurra, a pesar de la pobreza en la que viven, y día a día revalorizan sus costumbres en pos de defender su territorio y estilo de vida.
Según los libros de historia estas comunidades se extinguieron hace tiempo, y solamente se puede aprender de ellos a través de los libros de textos, donde se recoge su vida y sus costumbre.
Pero en los últimos años se empezó a hablar de una comunidad, que por mucho tiempo, se podría decir, permaneció dormida en nuestra provincia, esperando el momento justo de decir: "Escuchen, no desaparecimos, solamente nos callamos, somos los huarpes, y todavía vivimos en el territorio cuyano, no en nuestro lugar de origen, nos hemos tenido que desplazar hacia otros puntos de nuestra provincia y de provincias vecinas para poder sobrevivir, y esperar que el tiempo nos de un espacio para volver a surgir".
Hoy en día esta comunidad de aborígenes vive, en las lagunas y Humedales de Guanacache, ubicado en el punto tripartito de las provincias de San Luís, Mendoza y San Juan. Hasta este lugar llegaron huyendo de la colonización de los españoles, buscando un lugar para esconderse del yugo de la esclavitud española.
A medida que los años pasaron y la historia de nuestra provincia cambió, los huarpes guardaron en secreto su origen, no se presentaban como indios, o como miembros de una determinada etnia. Sólo usaban como identificación su lugar de residencia y su condición en el sistema de relaciones de producción.
"Actualmente, lo que se impone, es que hablen lo silenciados de la historia, las etnias originarias de América, esas que los libros que se extinguieron, pero que hoy están de cuerpo y alma presentes en este mundo globalizado, hablando y diciendo quienes son, por que se han decidido a hablar ahora, después de tan largo silencio"
"La colonización impulso a los huarpes su cultura hegemónica, produciendo una aculturación tan fuerte como profunda que llego, tristemente, a generar auto discriminación. Reconocerse indio era asumirse humillado, explotado y denigrado en su condición humana y cultural, de hay que objetivamente no se reconocieran huarpes, y se definieran como puesteros, como mestizos, como descendientes".